Los momentos especiales del calendario condensan lo mejor y lo peor de todas las fechas pasadas. Por eso son fechas entrañables y también odiadas porque remueven cosas en el espíritu de la gente. Las prácticas de magia blanca son habituales en estos días señalados por su valor simbólico y astrológico.
El final del año se celebra en la última noche del año (nochevieja). Es la fiesta que en occidente se cierra con una cena un período anual para abrir el siguiente. Cada sociedad tiene asumidos ritos que sirven para exorcizar las energías negativas y atraer a las positivas. Asimismo existen ritos sociales que se superponen a estos. Muchos carecen totalmente de significado o lo tienen muy limitado. Simplemente son divertimentos para el momento y favorecer un clima familiar festivo.
Un ritual para despedir el año muy especial
Puedo citar aquí un rito muy sencillo que atraerá sobre nosotras la suerte para todo el año. Simplemente necesitamos una manzana. Esta manzana deberemos elegirla nosotros sobre un número elevado de ellas. Por lo menos tantas como cartas del tarot.
Procuraremos que la manzana sea lo más «sana» posible. Debemos partirla con un cuchillo bien afilado pero en sentido en dirección contraria a lo que es habitual, en dirección perpendicular a su eje. De esta forma las dos mitades ofrecerán en su centro una estrella. De la perfección que tenga esa estrella dependerán las cosas buenas y malas durante el año que nuevo que nos espera.
Para atraer la suerte podemos dibujar esa estrella con lápiz sobre una superficie blanca y añadimos el símbolo astrológico de nuestro horóscopo y nuestro nombre. Después el papel ha de arrugarse hasta hacer con el una bolita de papel sobre ella iremos enrollando un hilo rojo hasta formar una bola completamente roja que guardaremos en un sitio cómodo de nuestra habitación dormitorio todo el año.
La energía mágica cargada con el ritual para despedir el año servirá para afrontar las pequeñas o grandes imperfecciones que hayamos visto en nuestra estrella de la suerte. Y solo queda esperar a tener un feliz año.